Hoy en día los tatuajes dejaron de ser un tabú, y gran parte de ese avance se debe a la tolerancia, a la aceptación de su existencia y al respeto por el arte. Para cada persona el tatuaje representa algo diferente y referente a su propia experiencia. Tal vez sea un recuerdo de un ser querido, ideología, la admiración por la naturaleza, reino animal u otras culturas, a lo mejor es un pensamiento que nos identifica o una frase admirable. Pero sin temor a equivocarnos, uno de los significados más especiales es aquel que le da una sobreviviente del cáncer de mama a su tatuaje; para ella éste representa en algunos casos una victoria, confianza, belleza, esperanza. Significa una nueva oportunidad.
No importa si lo exhiben o lo tapan con un chándal de estos que han puesto de moda las celebridades como JLo y Sarah Jessica Parker, porque el propósito de sus tatuajes va más allá, este arte busca reconciliarla con la vida.
Es sabido que el mes de octubre es un mes dedicado a la salud femenina, especialmente para concienciar sobre el cáncer de mamas. Y nosotros quisimos aprovechar la ocasión para hablar del poder transformador que tienen los tatuajes que corrigen las cicatrices causadas por una mastectomía.
El cáncer de mama es una enfermedad emocionalmente difícil, eso lo sabe Thom Adams. Un artista tatuador de Freeport, quien ha encontrado una forma de honrar a su esposa Renee sobreviviente de una mastectomía doble, tratamiento de radiología y quimioterapia.
Aun cuando su esposa se siente cómoda con sus cicatrices entiende que muchas otras mujeres no y apoya a su compañero en esta linda misión.
«Lo ofrecí solo por una vez, pero me sentí tan bien al hacerlo… así que decidí continuar haciéndolo», confiesa Thom.
Adams comenzó a repartir tatuajes gratis para cubrir cicatrices y ayudar a restaurar la confianza de cada mujer. Ya ha hecho dos trabajos completos en los últimos 6 meses y está levantando el boceto para un tercero.
En una ocasión le tomó casi nueve sesiones completas para terminar una pieza frontal para una mujer, 12 horas para que ella pudiera disfrutar una obra de arte en su piel.«Cada vez que la mujer regresaba a la tienda se le notaba el cambio en su actitud y confianza hacia sí misma, y supe que el tatuaje estaba causando un imparto duradero».
«Ser capaz de convertir un recordatorio negativo en un refuerzo de confianza para las mujeres que lucharon contra el cáncer de mama me hace sentir que logro algo…»
Diego Starpoli, tatuador profesional con más de 20 años de experiencia y dueño de Mandinga Tattoo, tiene tres años tatuando areolas a mujeres que sufrieron una mastectomía.
Todo comenzó cuando vio la publicación de un colega, recuerda que le conmovió porque para ese momento ignoraba dos cosas: que el pezón se perdía en la cirugía y que éste podría recrearse gracias a un tatuaje.
La cercanía del caso de su abuela y madre, ambas con mastectomía, lo impulsó a ofrecer el servicio permanente en su local y de manera gratuita. Ya 600 mujeres han pasado por su local para realizarse esta intervención cosmética, simple y a la vez fundamental para sentirse bien.
«Parece mentira que un circulito de cinco centímetros tenga tanta complejidad. Hay mujeres que tampoco tienen pezón y, en ese caso, se los recreo como en 3D, para que parezca con relieve».
Cada mujer atendida tiene un número que representa el turno que tomó, es la forma en la que Diego y su equipo cuentan los trabajos que han realizado de este tipo. En su local ha recibido mujeres de América Latina y hasta de España. Se trasladó por primera vez a otra ciudad, Bahía Blanca, este año para realizar 13 reconstrucciones de areola.